Mientras aguardan a saber si finalmente podrán jugar lo que queda pendiente de esta temporada, cuándo y de qué forma se hará, dentro del Real Madrid van trabajando poco a poco en la remodelación de la plantilla para el siguiente curso. Una tarea que si en condiciones normales no resulta sencilla, la pandemia del coronavirus y sus efectos sobre la economía mundial en general y la del fútbol en particular en esta ocasión complica especialmente. Esa incógnita económica envuelve todo lo relativo al mercado de fichajes porque el nuevo escenario aún no está definido, aunque directivos, futbolistas y agentes sí tienen claro que se avecina un mercado claramente a la baja, con menos traspasos y de menor cuantía. Que se terminen o no los torneos determinará que circule más o menos dinero.
LAS BAJAS, TAREA PRINCIPAL
Ante esta tesitura, en el club blanco anticipan que, un verano más, el principal escollo será el capítulo de bajas más que el de altas. Si ajustar una plantilla con excedente de jugadores siempre acaba siendo un problema, con la crisis que se le viene encima al fútbol costará todavía más dar salida a futbolistas con los que ya no se cuenta pero que mantienen contrato en vigor. Los casos más notorios son los de Bale, James Rodríguez y Mariano, cuyo bajo rendimiento y elevado salario les coloca en el disparadero desde el verano pasado, cuando no pudieron traspasarlos. Hay otros, pero ya dependen más del criterio del entrenador o de que tengan un recambio claro.
MODRIC, UN CASO ESPECIAL
Sin embargo, un caso es especial, por la entidad del jugador en cuestión, por todo lo que representa pero también por su relevo. Hablamos de Luka Modric. A sus 34 años y después de ocho temporadas en las que ha contribuido de manera decisiva con su exquisito fútbol a todos los éxitos conquistados en esta época dorada blanca, al centrocampista croata le queda una temporada más de contrato. La edad no perdona a nadie y el rendimiento del Balón de oro 2018, que durante muchos años bordeó la excelencia, en la última temporada y media ha sufrido altibajos, por otra parte como todos sus compañeros. La diferencia estriba en que por él sí hay clubes interesados y que, en paralelo, el jugador llamado a tomar su testigo ha explotado futbolísticamente en la Real Sociedad, donde Martin Odegaard juega cedido.
FACILIDADES SI QUIERE SALIR
La situación es la siguiente. El Real Madrid está encantado con Modric, no ve problema alguno en su continuidad y no quiere desprenderse de él, pero una cosa no quita la otra y lo cierto es que si cuando acabe la temporada el croata les planteara que tiene una buena oferta y pide facilidades para poder aceptarla, seguramente se las darían. Lo harían tanto en señal de agradecimiento por su fantástica trayectoria como por su propio interés deportivo. Ahí es donde aparece Odegaard. Con 21 años y después de convertirse en la revelación de LaLiga, por los despachos de Valdebebas no tienen ninguna duda de que es el heredero natural de Modric, que ya está preparado para integrarse en la plantilla y pelear la titularidad con plenas garantías. Lo que no quieren es recuperarle para que se convierta en suplente habitual de Luka y sufra un parón en su evolución. "Para eso es mejor que siga cedido en la Real disfrutando de minutos y mejorando", sostienen. Si el Madrid le reclama, Odegaard regresará encantado porque su sueño es triunfar de blanco y ahora sí se ve preparado para el desafío, pero en el club lo tienen claro: sólo vendrá cuando no esté el croata, para evitar que le solape.
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