Bale es uno de los futbolistas a los que el club blanco tiene puesto el cartel de transferible, pero se encuentra con la resistencia del delantero, que no está dispuesto a renunciar a los 25 millones anuales que tiene firmados por contrato hasta junio del 2022.
Ese fue el obstáculo que la entidad madridista no pudo salvar durante el pasado mercado veraniego y sigue siendo la gran dificultad para encontrarle un destino de cara al próximo curso.
El galés lo tiene claro. Solo saldrá del Real Madrid si aparece un club que le respete las actuales condiciones económicas de su contrato.
Y podría haber un club dispuesto a asumir esa condición: el Newcastle. Las 'urracas' están a punto de pasar a manos del principe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, a través del Fonde de Inversión público de su país.
Bin Salam ha hecho una oferta de 400 millones por el Newcastle y solo está pendiente de que la Premier League dé el visto bueno a esta operación.
Los nuevos dueños de las 'urracas' tienen en su lista de prioridades al delantero del Real Madrid y dinero en el banco para doblegar su resistencia, ya que el fondo de inversión mueve 300.000 millones de capital.
El Newcastle tiene via libre después de que el pasado 30 de junio del 2019 expirara el derecho de tanteo sobre cualquier oferta procedente de la Premier League que el Tottenham se reservó en 2013, cuando traspasó al galés al Real Madrid.
La única propuesta económicamente llamativa que barajaba Bale es la del Inter Miami de David Beckham, que había pensado en el delantero galés para irrumpir con fuerza en el MLS.
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