Tras unos días sin movimiento alguno por la hibernación decretada por el gobierno, la obra de la reforma del Santiago Bernabéu recobró ayer el pulso y la actividad regresó a pleno rendimiento. Los planes se van cumpliendo y a lo largo de la temporada han ido desapareciendo o cambiando de forma símbolos del recinto madridista como parte de las cuatro columnas, el centro comercial la Esquina del Bernabéu, la cubierta, palcos... pero en las próximas semanas llegará el turno de decir adiós a la llamada T4 del Santiago Bernabéu, uno de los grandes símbolos del recinto madridista.
Las pocas oficinas que todavía se encuentran operativas en el estadio, pasarán a mejor vida ya que el edificio será demolido, sumando su edificabilidad a la nueva estructura del estadio. Todas los departamentos del club ya están operativos en Valdebebas desde hace casi dos años.
La T4 fue la imagen del progreso del Real Madrid con la llegada de Florentino Pérez, de los fichajes galácticos, aunque el germen de esas oficinas que llamaron la atención del mundo del fútbol, fue le viejo Bernabéu y una foto que se filtró del presidente un 31 de agoto remangado y cerrando el fichaje de Ronaldo Nazario. Imagen que dio la vuelta al mundo por lo que significó la llegada del brasileño tras un verano de duras negociaciones.
De un prefabricado...
La de Ronaldo fue la última presentación galáctica en la antigua sala de prensa, esa que estaba en un prefabricado y que dio paso a una sala de prensa y unas oficinas por las que pasaron los grandes fichajes que llegaron de la mano de Florentino Pérez en su regreso en el verano de 2009.
Cristiano Ronaldo, Benzema o Kaká conocieron en primera persona lo que significaba pisar la T4 y esa sala de juntas a la hora de firmar su contrato como madridistas. Por ahí también pasaron representantes de manera sigilosa, sin que nadie los viera a través de esos opacos cristales hacia dentro y transparentes hacia fuera y que sirvieron para dar forma a todo tipo de operaciones y reuniones. Kroos, Keylor, James, Valverde o Hazard fraguaron allí su futuro, como otros muchos vieron como su aspiración se quedaba en nada.
También se vivieron momentos de tensión como el día en el que CR7 se plantó en el despacho presidencial para decir que se quería marchar el 1 de septiembre de 2012. O una reunión muy caliente con el padre de Özil, que terminó desmbocando en la salida del jugador alemán, entonces uno de los ídolos de la afición, del equipo blanco.
En esos pasillos y dependencias que serán historia dentro de poco, destaca la presencia de un ascensor que conecta el vestuario del Real Madrid con la zona noble de las oficinas blancas. Florentino Pérez baja al vestuario al término de los partidos y su acceso al mismo es directo.
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