Andrés Fernández salvó a un 'submarino' defensivo que emergió en los últimos minutos
Roberto Soriano marcó un gol que da esperanzas de Champions a los amarillos y cuestiona la tercera plaza rojiblanca
El Villarreal sorprendió al Atlético con su propia medicina, resistiendo atrás y sorprendiendo cuando menos se lo esperaba. Los rojiblancos volvieron a caer en el Calderón dos meses después, pese a disponer de ocasiones siempre desbaratadas por un imponente Andrés Fernández. Pero el equipo de Escribá apareció en el último cuarto de hora ante Oblak y lo tumbó gracias a dos suplentes decisivos, Bakambu y Soriano.
Las dos mejores defensas de la Liga Santander afrontaban un interesante reto sobre el césped de ese Calderón que va de despedida en despedida. Tuvo mucho más trabajo la zaga amarilla que la colchonera en la primera parte, parapetando todo lo que pudo a Andrés ante las escasas acometidas de los de Simeone.
Con Giménez de lateral derecho rivalizando en subidas con Gaitán, el Atlético hizo méritos para irse con ventaja al descanso, pero esos méritos los acalló el portero del Villarreal. Sobre todo, en dos dobles apariciones. La primera, tras un error defensivo de los de Fran Escribá con chur de Correa y posterior remate de cabeza de Saúl, en ambos casos con despeje de Andrés.
Eso sucedió en el minuto 11. 20 más tarde, Koke dio un dulce servicio a Griezmann para el primer intento del francés. El meta volvió a ser infranqueable, como también en el posterior remate de Nico Gaitán.
El Villarreal resistió como pudo, sin noticias de Adrián ni de Sansone. Y las necesitaban ya que las escasas opciones de llegar a Champions pasaban por ganar todos los puntos en juego. Al menos aguantaba por el acierto de su portero, sin que Correa ni Gaitán aprovecharan para reivindicarse ante Simeone.
La tónica no parecía cmbiar tras el descanso. Dominio total del Atlético, pero el Villarreal achicaba y achicaba. Andrés Fernández seguía siendo el tormento colchonero, como cuando Gaitán se escapó tras un desconcierto y le encaró, pero el meta volvió a meter una mano milagrosa.
Simeone buscó alternativas y poco después de que Gabi se ganara a pulso la primera tarjeta amarilla del partido, el argentino dispuso un doble cambio. Al banquillo, Correa y Gaitán. Al pasto, Gameiro y Carrasco. El equipo titular, cada vez más reconocible en busca del gol.
Pero pareció más efectivo el primer movimiento de Escribá. Retiró a Adrián, ovacionado por la que fue su afición, y apostó por un Roberto Soriano que estuvo a punto de hacer un roto en su primera aparición, tras un error defensivo del Atlético.
No hubo roto pero sí descosido para Simeone cuando un empujón de Rukavina a Carrasco acabó con el belga doliéndose del hombro y reclamando poco después el cambio. Yannick solo estuvo 16 minutos en el campo y Fernando Torres entró por él.
Sin embargo, la historia cambió en el último cuarto de hora. El Villarreal empezó a apretar después de su primer disparo entre los tres palos, a cargo de Soriano y sin problemas para Oblak. Escribá reemplazó al insípido Sansone y buscó la alegría de Bakambu.
Y esa alegría llegó cuando el congoleño robó la cartera a Filipe Luis, apuró hasta la línea de fondo y envió un centro en el que el italiano Soriano ganó la partida a Savic y batió a Oblak. El ‘submarino’ dejó tocado y hundido al Atlético después de achicar agua casi todo el partido.
La desesperación rojiblanca no le permitió reaccionar. Torres, Gameiro y compañía intentaban el empate pero el buen planteamiento villarrealense les dejaba sin ideas en el área visitante. Los minutos pasaron y cuando Iglesias Villanueva pitó el final, el Villarreal celebró una victoria que durante 75 minutos ni imaginaba. Como tampoco imaginaba el Atlético que el tercer puesto, ese tercer puesto que parecía tener amarrado, quede en peligro en esta recta final de Liga. La noche fue ajmarilla.
La desesperación rojiblanca no le permitió reaccionar. Torres, Gameiro y compañía intentaban el empate pero el buen planteamiento villarrealense les dejaba sin ideas en el área visitante. Los minutos pasaron y cuando Iglesias Villanueva pitó el final, el Villarreal celebró una victoria que durante 75 minutos ni imaginaba. Como tampoco imaginaba el Atlético que el tercer puesto, ese tercer puesto que parecía tener amarrado, quede en peligro en esta recta final de Liga. La noche fue ajmarilla.
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