Se acaba el culebrón de Thomas Müller y su renovación con el conjunto bávaro, unos días después de haberse anunciado la del entrenador Flick.
El Bayern de Múnich ata a su máximo asistente esta temporada tras unos meses de especulación en los que se apuntaba a que acabaría saliendo del club tras toda una vida en él. Thomas Müller llegó al Bayern de Múnich en 2009, donde firmó su primer contrato profesional cuando tenía tan solo veinte años. Hoy ese joven atacante de vislumbraba por su camaleónico juego tiene treinta años y es todo un ídolo en el club más laureado de Alemania.
Flick, clave en la renovación
Todo parecía indicar que acabaría saliendo del Bayern en junio, y es que su relación con Niko Kovac, el anterior entrenador, no era la mejor. Fue la relación la que también acabó perjudicando su juego, y es que en los meses predecesores a la llegada de Hansi Flick fueron de los peores en la carrera de Müller. Quién le iba a decir a la directiva del gigante bávaro que la contratación de Hans-Dieter Flick daría la vuelta por completo al proyecto del equipo y al de uno de los jugadores más importantes del equipo no solo por su juego, sino por lo que representa.
Toda una vida en el Bayern
Müller llegó al Bayern cuando tenía tan solo diez años de edad, tras haber pasado por el Pahl. Desde entonces no desistió en su sueño por debutar con el primer equipo, hasta que lo hizo en 2009, y ya, para quedarse. Seis goles y dieciséis asistencias suma el atacante del actual líder de la Bundesliga. El buen hacer de Flick en el equipo ha resultado en su renovación hasta 2023, tal y como ha actuado la directiva con el pupilo del entrenador. Y es que hay Bayern para rato, con su máximo asistente hasta, al menos, cuando tenga treinta y tres años y su entrenador que ha conseguido ser el equipo con más victorias en Champions esta temporada, se atisba una gran temporada para el Bayern de Múnich, si el coronavirus lo permite.
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