Hoy se cumple un año del último gol de Bale en el Santiago Bernabéu. El 16 de marzo de 2019, el galés anotaba como local en el partido de Liga ante el Celta. Hizo el 2-0 en el minuto 77 después de que Isco adelantase a los blancos un poco antes, en un partido que al Madrid le costó encarrilar. Un partido que, por cierto, era el del regreso de Zidane al banquillo blanco. Así que aquel gol de Bale, que ha resultado tener su historia, lo vieron 65.054 aficionados, en una de las mejores entradas de una temporada en la que el Bernabéu se había vaciado por la situación del equipo.
Pero el regreso de Zidane despertó cierta ilusión en un madridismo que lo estaba pasando mal, con la semana negra de las tres 'eliminaciones' en Copa, Liga y Champions reciente y la sensación de que la temporada había echado el cierre. Aquella pequeña ilusión que generó la vuelta de Zidane en la afición se hizo también extensible a muchos jugadores del Madrid, entre ellos Bale, que hacía tiempo se había convertido en actor secundario en el Madrid tras no entrar en los planes de Solari.
Llegó Zidane y Bale, como otros muchos jugadores de la vieja guardia que estaban señalados, fueron titulares y tuvieron la oportunidad de reivindicarse aquel día ante el Celta. Bale se quitó la espinita que tenía clavada tras meses difícil y, al margen de jugar el partido completó, marcó un gol. El último de la temporada para él tras vivir momentos complicados. Sin embargo, el galés cerró la cuenta en 14 dianas y mostró cierta predisposición a hacer méritos para que Zidane contase con él en su segundo proyecto al frente del Madrid. No lo consiguió, pero sí quedarse en el conjunto blanco una campaña más.
El dato al respecto del año que lleva sin marcar en ninguna competición en el Bernabéu refleja muy bien la situación que vive el galés, pero también es cierto que no ha jugado mucho ante su afición. Desde aquel partido ante el Celta, Bale ha disputado 10 partidos como local y un total de 531 minutos. Un balance muy escaso de presencias en el Bernabéu y en general, porque esta temporada el 11 blanco apenas ha jugado 18 partidos, de los cuales sólo siete han sido en casa. El último ante el City, duelo en el que sólo jugó 15 minutos tras empezar el partido como suplente. Eso ha ayudado a que el Bernabéu lleve tanto tiempo sin celebrar un gol del galés, que tampoco ha estado fino a domicilio (3 goles).
Bale no ha podido encontrar el gol que le reconcilie con una afición que hace tiempo que lo tiene en el punto de mira. De hecho, los partidos del galés en el Bernabéu hace tiempo que no le resultan sencillo, porque a las primeras de cambio es uno de los jugadores que paga los platos rotos de la mala dinámica del equipo. Una situación que tiene que ver con su rendimiento del campo y también con su conducta fuera del mismo. Como por ejemplo sus 'fugas' del estadio antes de que acaben los partidos cuando no está convocado o el incidente famoso de la bandera con la que posó que rezaba 'Gales, golf, Madrid, en ese orden'.
Ahora, dada la situación, aquel gol de Bale ante el Celta en el Bernabéu el pasado 16 de marzo podría ser el último del galés como madridista en casa. Porque ya no es sólo la duda de si la competición volverá esta temporada, sino también la duda de si Bale jugará mucho con el Madrid lo que resta de temporada, una vez que vuelve a estar fuera de los planes de Zidane.
Y es que la temporada de Bale ha vuelto a ser una montaña rusa. Ha aparecido y desaparecido de las alineaciones, ha participado en partido importantes, como el Clásico del Camp Nou y el derbi del Wanda, y se ha caído de las últimas 'finales' ante el City y el Barça. A todo ello, las lesiones han vuelto a frenarle en determinados momentos como le ha ocurrido siempre. Un cocktail que el vuelven a tener con un pie fuera del club blanco.
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