Gerd Müller es uno de los mejores delanteros de la historia, no solo de Alemania, sino del fútbol mundial. Tras su retirada deportiva el delantero germano ha vivido un auténtico calvario.
Gerd Müller fue jugador del Bayern de Múnich en la década de los 70, cuando el equipo bávaro levantó tres Copas de Europa consecutivas y contaba entre sus filas con los mejores jugadores alemanes de la historia. El 'torpedo Müller', como es coloquialmente conocido, era uno de ellos.
El antialemán
En una época en la que imperaban los jugadores potentes en cuanto a apariencia, Gerhrard Müller (Baviera, 1945) representaba todo lo contrario a aquel prototipo de alemán que se podía esperar. Bajo de estatura, con 1'76 metros de altura, el delantero originario de Nördlingen llegó a pesar ochenta y cuatro kilos. ¿Cómo es posible, entonces, que Müller sea aún a día de hoy uno de los máximos goleadores en la historia del fútbol?
El delantero germano tenía un potente tren inferior que le permitía ser muy explosivo en los últimos metros de carrera, y su posición sobre el césped se basaba en permanecer en el área, presto a cazar cualquier balón que se le acercara. Es ahí donde residía el poder de Müller. Era capaz de rematar desde cualquier posición y de cualquier manera. Podía llegar a ser poco ortodoxo en sus remates, pero su dirección hacia la portería estaba asegurado. Así es como el delantero bávaro llegó a anotar seiscientos treinta y tres goles en setecientos partidos, sesenta y dos de ellos con la selección (en sesenta y ocho partidos). Esto le sitúa en quinto lugar del ránking de máximos goleadores de la historia, tras Josef Bican (1º), Romario (2º), Pelé (3º) y Férenc Puskás (4º). Todo parece indicar que tanto Cristiano Ronaldo como Leo Messi le superarán.
Retirada y declive
En 1979 Gerd Müller decidió irse del Bayern tras haber estado toda una vida en el club alemán, simplemente por haber sido sustituido por primera vez en un partido. Decidió entonces emprender una aventura americana, donde pasó tres años en el Fort Lauderdale. En 1981 se retiró y abrió una tienda de deportes y un restaurante en Florida. Estos fracasaron y 'torpedo Müller' no supo lidiar con la vida post-fútbol.
Llegó a caer en el alcoholismo, pudiendo beber hasta cinco litros de vino al día. A esto se sumó que su mujer le pidió el divorcio, y Müller ya tocó fondo. Tras pasar por una clínica de rehabilitación instado por sus viejos compañeros, Müller volvió al Bayern para ser técnico asistente del equipo filial. Pasaron los años y hubo un acontecimiento que conmocionó a los seguidores del fútbol. En julio de 2011 Gerd Müller viajó con toda la expedición del Bayern de Múnich a Italia, a la ciudad de Trento. El exjugador se desorientó y decidió coger un taxi para volver a Múnich, aunque fue encontrado en el centro de la ciudad en estado de confusión.
La enfermedad azota al 'bombardero'
Cuatro años más tarde, en 2015, el Bayern de Múnich anunciaba que Gerd Müller había sido diagnosticado con alzheimer. La noticia fue un mazazo para los afines del club, y todo el mundo se volcó en la ayuda por el que fuera jugador del club. Su familia pidió discreción y que se les respetara en estos momentos tan duros. Las malas decisiones que tomó Müller fueron decisivas para acabar enfermo, el alcoholismo, uno de los más graves.
Hoy, Gerd Müller tiene setenta y cuatro años, y se desconoce cómo se encuentra ahora mismo la estrella bávara. A pesar de las circunstancias no se podrá olvidar el legado que ha dejado en el fútbol, y seguirá siendo recordado como uno de los mejores delanteros de todos los tiempos. Esta es la historia de Gerd Müller, un goleador eterno.
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