terça-feira, 17 de março de 2020

El factor Costa en el Atlético

Es indudable que los números desde su último regreso al Atlético hace dos años no se corresponden con la impronta que dejó en la temporada 13-14, cuando sus 36 goles sirvieron al club para embolsarse su décimo título de Liga en 117 años de vida y plantarse en una final de Champions cuatro décadas después del único precedente. Sin embargo, la presencia de Diego Costa continúa siendo una bendición para el equipo. "No estaba en su mejor momento, pero estaba", lamentaba Simeone justo al día siguiente de que allá por noviembre entrara en el quirófano para ser intervenido de una hernia discal cervical que anunciaba tres duros meses sin sus servicios.
Ni siquiera las dos únicas dianas celebradas en sus 15 presencias previas a la operación ocultan la influencia, a veces tan intangible como impagable, que tiene Diego Costa en los partidos. Sin ir más lejos, y a pesar de su pírrica contribución ante el marco contrario, el Atlético alcanza su mayor producción anotadora cuando el hisponobrasileño entra en juego. Así, la media de 1,23 tantos por partido que se desprende de las 47 dianas firmadas por el conjunto rojiblanco en los 38 compromisos oficiales que ha disputado en este curso se eleva hasta 1,36 atendiendo a los 26 goles celebrados en los 19 encuentros en los que el de Lagarto ha estado disponible.


Aunque entre Morata (12), Correa (7) y Joao Félix (6) se reparten directamente más de la mitad de los goles del Atlético ni siquiera ellos llegan a alcanzar el influjo de Costa en el colectivo. El portugués sí se le aproxima mucho (1,35 goles de media en sus 38 apariciones), mientras que el 9 y el argentino se acercan más al promedio del equipo (en los 40 partidos del primero se anotaron 1,35 dianas y en los 41 del segundo 1,24).

LO QUE LA ESTADÍSTICA NO VE

Más allá de los incuestionables números, la capacidad de Diego Costa para contagiar el carácter que le ha llevado a convertirse en una estrella mundial se mantiene inalterable. Sólo de ese modo se entiende que, a pesar de no estar en condiciones de disputar más de un cuarto de hora tras un tedioso y delicado proceso de recuperación de tres meses, su solo ingreso al terreno de juego fuera suficiente para poner patas arriba a un enfervorizado Metropolitano y engullir a todo un campeón de Europa como el Liverpool. O que en el mismísimo Anfield no se llegara a cumplir ni un minuto cuando Van Dijk, el mejor central del continente, ya había sentido el vértigo de ver correr a sus espaldas a una bestia que quién sabe si no habría sido mucho más dañina si el grandioso pase de Joao no se le hubiera quedado un metro atrás al principio de su carrera hacia la portería. Por no hablar de su incordio y aliento sobre la defensa red en la salida del balón mientras le duró un físico que aún sigue acusando su largo periodo de inactividad. Es lo único que le falta a día de hoy, su espíritu ganador ya tiene reflejo en el equipo.
KOKE, EL OTRO CAPAZ DE TRANSFORMAR AL EQUIPO
Aunque no iguala a Costa en cantidad, Koke es el que más cambia al equipo. Así, con el capitán el Atlético celebra 1,35 goles por partido, mientras que en los siete partidos sin él la producción descendió a 0,71 (sólo cinco dianas). En 19 citas sin el de Lagarto la media fue de 1,10

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