El equipo venezolano venció 1-0 al violeta, que a falta de dos partidos para el final de la fase de grupos quedó en una complicada situación.
Defensor Sporting tenía que ganar anoche en Venezuela para continuar con su ilusión de clasificar a los octavos de final de la Libertadores. O al menos, empatar, lo que lo obligaba a ganar los dos partidos restantes, ante Cerro Porteño en el Franzini y con Gremio en Porto Alegre. Pero nada de eso sucedió y los violetas cayeron ante Monagas, que ganó su primer partido en la Libertadores. Con mucho corazón pero sin su fútbol habitual, los dirigidos por Eduardo Acevedo complicaron muchísimo su chance en un torneo del que prácticamente se despidieron.
El primer tiempo fue chato, discreto. Tal como había pasado en Montevideo, Monagas empezó mejor con sus rápidas transiciones al ataque. Y tuvo una chance clara en los pies de Rojas, que tapó bien Reyes. Pero el dominio local duró poco. Los violetas emparejaron las acciones, basados en una buena defensa, donde las llegadas de los venezolanos se encontraban siempre con la cabeza de Nicolás Correa. De a poco se acomodó en la mitad de la cancha y comenzó a controlar al local y a tener más volumen de juego. Arrancó a soltarse y a llegar con algo más de profundidad. Aunque ni Suárez por derecha ni Cougo, que volvía de un desgarro y se le notó falto de fútbol, inquietaban por afuera.
De todos modos tuvo varios centros a su favor, que no pudieron aprovechar ni Germán Rivero ni el “Coto”, que subió varias veces a cabecear. Tampoco resultaron los remates de afuera de Cabrera y Castro.
Los equipos se fueron al descanso con un cero bien grande, pero quedó la sensación de que el equipo de Acevedo estaba en condiciones de llevarse los tres puntos del estadio de Maturín.
Sin embargo, una jugada de pelota quieta que cabeceó de espaldas el argentino Lucas Trejo cuando recién había arrancado el segundo tiempo, condicionó y liquidó a los del Parque Rodó.
Enseguida, Acevedo mandó a la cancha a Juan Manuel Boselli y al juvenil Emiliano Gómez. Y luego a Pablo López, pero no por colocar tres delanteros, pudieron conseguir el empate que los dejara con vida en el grupo 1 de la Libertadores. El violeta buscó el gol con mucho más corazón que fútbol. No pudo ser y quedó al borde de la eliminación.
De todos modos tuvo varios centros a su favor, que no pudieron aprovechar ni Germán Rivero ni el “Coto”, que subió varias veces a cabecear. Tampoco resultaron los remates de afuera de Cabrera y Castro.
Los equipos se fueron al descanso con un cero bien grande, pero quedó la sensación de que el equipo de Acevedo estaba en condiciones de llevarse los tres puntos del estadio de Maturín.
Sin embargo, una jugada de pelota quieta que cabeceó de espaldas el argentino Lucas Trejo cuando recién había arrancado el segundo tiempo, condicionó y liquidó a los del Parque Rodó.
Enseguida, Acevedo mandó a la cancha a Juan Manuel Boselli y al juvenil Emiliano Gómez. Y luego a Pablo López, pero no por colocar tres delanteros, pudieron conseguir el empate que los dejara con vida en el grupo 1 de la Libertadores. El violeta buscó el gol con mucho más corazón que fútbol. No pudo ser y quedó al borde de la eliminación.
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