El Leganés realizó ante el Valencia un ejercicio de supervivencia mayúsculo. Con once fue mejor que el equipo de Voro y con diez aguantó atrincherado todas las embestidas de su rival. Un gol de penalti de Rubén Pérez decidió el partido, que permite al Leganés seguir con vida en primera. A falta de dos jornadas se quedan a tres puntos del Alavés y con serias opciones de salvación. Por su parte, el Valencia cae a la novena plaza y ve como se le complica mucho Europa.
El partido comenzó con un Valencia animoso, con granas de seguir sumando para optar a los disputados puestos que dan acceso a a la Europa League. Saben los jugadores valencianistas, sin embargo, que su temporada no está siendo ni mucho menos buena, algo que en partidos contra rivales muy necesitados supone una carga muy difícil de llevar. Lo fue en Leganés, donde la intención del equipo de Voro de dominar se quedó en un trampanero chispazo de Guedes.
Desde ese momento fue el Leganés, un equipo que sigue cabalgando a lomos de la fe de Javier Aguirre, elevó la presión y demostró al Valencia que enfrente había un equipo que lo deseaba más que ellos. Ese ímpetu les permitió rondar la portería valencianista hasta que llegó una de las jugadas decisivas del partido. En un saque de banda, Siovas peinó el balón y este fue a la mano de Kondogbia. No tuvo intención el centrocampista en golpear el balón, pero la norma manda.
Rubén Pérez no perdonó desde los once metros e hizo justicia ante lo que se estaba viendo. De hecho, el gol no hizo sino profundizar en el dominio de los pepineros. El Valencia no era capaz de hilvanar tres pases seguidos. La solidaridad de los de Aguirre ahondaba en la depresión de un Valencia demasiado inestable esta temporada.
Al comienzo del segundo tiempo el partido había cambiado. Voro puso en liza a Ferrán Torres y este animó a los valencianistas, que ya eran capaces de jugar en campo contrario. Con ayuda del VAR, el colegiado Melero López expulsó a Jonathan Silva después de una entrada con los tacos por delante.Solo dos minutos después un mano de Rodrigo Tarín dentro del área, tan absurda como la de Kondogbia, daba la opción a los de Voro de empatar el partido.
Sin embargo, el Pichu Cuéllar negó el gol a Parejo con una parada fantástica. El portero pepinero realizó una estirada fantástica e incluso llegó a atrapar el balón. El partido, sin embargo, se le había complicado mucho al Leganés. Voro introdujo más pólvora con Cheryshev, Kang-In Lee y Florenzi y el Valencia inclinó definitivamente el campo sobre la portería de Cuéllar.
Tiró de épica el Leganés y logró lo que parecía imposible, un triunfo que les deja a tan solo tres puntos de la salvación a falta de dos partidos. San Mamés y la visita del Real Madrid les queda en los dos partidos que restan por disputarse, pero Aguirre sigue creyendo, motivo más que suficiente para que los pepineros mantengan la fe.
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