Desde España, el exjugador del Millonario charló con TyC Sports acerca de la pandemia del coronavirus, el sabor amargo de no poder retirarse en el club, el rol de Riquelme en Boca y si se tomaría un café con Passarella.
Ya retirado del fútbol y afincado en España, uno de los países que más padece el coronavirus, Alejandro Domínguez, referente de River y pieza clave en el Ascenso a Primera División, habló con TyC Sports y no dejó tema sin abordar.
-¿Cómo llevás lo que está pasando con el coronavirus?
- Es una situación rara, nos agarró de sorpresa. Es más: cuando comenzó, tenía mensajes de familiares de Argentina y nosotros, acá en España, como si no pasara nada. Pensábamos que eran situaciones medias raras, pero al principio se hablaba de un brote de gripe. Con el tiempo, todo se agravó y lamentablemente se tomaron medidas tarde, porque al país lo agarró por sorpresa. Hoy en la calle no anda nadie, sólo si tenés alguna autorización. Apenas se puede ir a un supermercado o a la farmacia. Al que agarran en la calle le aplican multas de 600 a 30 mil euros. Es una situación complicada.
-¿Y cómo ves a la distancia a Argentina con este tema?
- Yo no estoy con ningún partido político, pero veo que el gobierno tomó medidas rápidas: entiendo que hay gente que no le queda otra que salir a laburar para llevar el pan a la casa, aunque también noto una cierta inconsciencia de no darle la importancia que merece la situación, que es realmente grave.
-¿Te quedó un sabor amargo por no poder terminar tu carrera en River como siempre quisiste?
- En principio, sí porque mi deseo era otro. Pero tampoco podía controlarlo. Estoy tranquilo porque cuando tuve que tomar una decisión la tomé y brindé todo de mí. Pero hoy tengo lo más importante, que es el agradecimiento de la gente, que es mutuo. Fue un año muy complicado que vivimos, pero al final lo que queda es el sentimiento del hincha. Una plaqueta, que no me la dieron, no me llena. Yo estoy tranquilo con las decisiones que tomé y estoy feliz con el presente de River.
-En su momento, se habló de que los dirigentes querían que vuelvas al club, pero Gallardo no...
-(Interrumpe) Nunca lo escuché de boca de ellos. Yo en aquel entonces fui muy claro, no quería que mi vuelta a River sea una complicación para nadie. Hay un entrenador que decide (Gallardo). Y eso hay que respetarlo. Aceptar esa situación fue complicada, lo traté de hacer de la mejor manera.
-¿Es cierto que te quiso otro equipo grande? ¿Cuál?
-Prefiero guardar el nombre del club, pero yo ya había dicho que en Argentina sólo jugaba en River. Si aceptaba, era ir en contra de lo que siento más allá de que quería seguir jugando. Yo no me iba a sentir cómodo retirándome en otro equipo que no sea River.
-Buffarini declaró que ganarle un campeonato a River así puede marcar un antes y un después. ¿Creés que eso puede ayudar a cortar la racha de los últimos años?
- Con el cambio de DT, se vio a un Boca diferente, pero eso no tiene nada que ver con las definiciones entre ambos porque River hace mucho tiempo que es muy superior. Más allá que el último torneo lo ganaron ellos, creo que River se complicó en el partido con Defensa y Justicia, porque no era fácil ir a Tucumán y ganar porque es un equipo complicado en su cancha. El torneo ganado no tiene nada que ver con los mano a mano que le ganó River
-¿Se le escapó a River o lo ganó Boca?
- Creo que hay un poco de las dos cosas. Boca agarró confianza al ganar con el cambio de DT y dirigencia y ganar te contagia muchas veces. River tiene ese pequeño margen de error, no sé si relajación, pero quizás le jugó en contra esa confianza en sí mismo.
-¿Riquelme pudo haber liberado a los jugadores a nivel presión?
-Mucho influyó. Estuve con Román, crucé alguna charla en juveniles, pero no lo he tratado en profundidad. Pero por todo lo que significa, todas las miradas se las llevó él.
-¿Qué recordás de jugar en el Ascenso en un momento tan duro?
-Era una sensación rara, si bien yo conocía muchas canchas por haber jugado con Quilmes. Volver con River no era normal. Con Fernando (Cavenaghi) siempre intentamos hacerle entender al equipo que era lo que nos tocaba. Se decía que era nuestra obligación (volver), pero no es así: nosotros tomamos la responsabilidad de llevar a River a primera y cumplimos. Hubo momentos en los que la pasamos mal, pero teníamos un grupo fuerte.
-En su momento dijiste que no podías regresar porque Passarella te traicionó. ¿Sentís que él estuvo atrás de la decisión de Almeyda para que no continúes después del ascenso?
-No tengo confirmación que haya sido así. Yo sí tuve una charla con Almeyda, donde nos dijimos lo que pensábamos. Obvio me hubiese gustado que haya sido en persona. Pero le manifesté a los días que no tenía rencor. Y que debía convivir con las decisiones del cuerpo técnico. Con Passarella no tuve charlas luego de esto. Sé lo que viví cuando llegué, porque él nos recibió y salió en todos lados. Como subcapitán, tuve que soportar muchos comentarios y si hubiéramos estado en otra situación, creí que no era momento para generar un conflicto con el presidente.
-¿Te hubiera gustado tomar un café con él?
-A veces es jodido para la gente del fútbol, que es el ago. Muchas veces no deja dar ese primer paso. En mi caso, intenté hacerlo no con él, sino con otras personas. Pero en este caso no hay ganas de darlo.
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