BARCELONA -- Barcelona y Real Madrid enfrentan la pandemia del coronavirus en posiciones, de entrada, diferentes. La alarma en el Camp Nou provocó que el jueves el club azulgrana anunciase su decisión de llevar a cabo un expediente de regulación de empleo que afectará a todas las áreas del club, con una reducción de sueldo estimada en el 70 por ciento mientras dure la crisis con el reto de mitigar una caída de ingresos que podrían superar los 200 millones de euros. En el Bernabéu habrá, se entiende, una caída de ingresos similares… Pero el club merengue, de momento, no tiene intención de llevar a cabo ese expediente de regulación de empleo.
El Real Madrid argumenta su momentánea decisión de mantener los pagos con todos sus trabajadores en su músculo financiero, en un beneficio neto acumulado de 362 millones de dólares en los diez últimos años y en que soporta una masa salarial que apenas supera el 52 por ciento de sus ingresos de explotación.
De acuerdo con la memoria de la temporada 2018-19, los salarios totales del club ascendieron a 440 millones de dólares soportados por un ingreso superior a los 845 millones y según las cifras presentadas por Florentino Pérez la deuda neta es de -27 millones de dólares, circunstancia en la que se apoya su fortaleza por más que la oposición, representada por Eugenio Martínez Bravo, estime que en realidad la deuda real roza los 500 millones.
En el Barcelona el beneficio acumulado desde 2012 asciende a 238 millones de dólares, de acuerdo a las cuentas presentadas en octubre de 2019, pero la deuda neta, oficial, está por encima de los 242 millones… Que desde la oposición se asegura supera los 560, más del doble. Además, la pasada temporada el club culé soportó un coste salarial cercano a los 707 millones, que significaron un 66 por ciento de los ingresos, totales en este caso y que fueron de 1.072 millones de dólares.
PLANTILLAS
Afectado el mercado por una crisis mundial que en el caso del fútbol se desconoce el alcance que tendrá y como perjudicará al mercado de fichajes, aunque el Real Madrid mantiene congelados sus planes hasta conocer conocer las consecuencias económicas que tendrá la pandemia del coronavirus, en el Bernabéu se encara la situación, en cuanto a su vestuario, con un mayor desahogo financiero que en el Barça.
El club merengue cifra la masa salarial de su plantilla, incluido cuerpo técnico, en 316 millones de dólares según las últimas cuentas presentadas (correspondientes al ejercicio 2018-19). La marcha de Cristiano Ronaldo un año antes rebajó esta partida, puesto que ni con la suma de los salarios de Hazard y Courtois, los dos cracks fichados tras la salida del portugués se alcanza lo que se pagaba a éste, por encima de los 35 millones.
De hecho, de acuerdo a lo publicado por el diario As, actualmente el techo salarial de la plantilla madridista lo establecen los 16,2 millones de dólares, netos, que disfrutan Gareth Bale y Sergio Ramos, cantidades levemente superiores a lo que ingresa Hazard, el tercero de la lista.
En el Barcelona la situación es más preocupante. El pasado curso el coste salarial del primer equipo rozó los 581 millones de dólares, que gracias a la reducción de futbolistas esta temporada se rebaja hasta los 550… Una cifra considerablemente superior a la de su gran rival. Al frente de la lista de futbolistas, obviamente, se sitúa Leo Messi, con un salario neto que se estima alrededor de los 45 millones de dólares, seguido de Griezmann y Suárez con unos 20 millones.
No es de extrañar que los clubs, LaLiga, la federación y la UEFA, al frente, estimen imprescindible reanudar y acabar la temporada, arremangándose en la labor de buscar fechas con la esperanza de poder volver a la competición en un plazo de dos meses y solventando que si se deben mover calendarios, jugar la Champions en agosto y no parar en Navidad es preferible, necesario, hacerlo para salvar lo que se pueda, minimizar las pérdidas y mantener los ingresos televisivos, cuya falta, en caso de prolongarse el cierre durante más de cuatro meses, sería un golpe ya de consideraciones tremendas.
Mientras, en el Real Madrid aguardan con una preocupación evidente que en el Barça es alarma latente. Y aunque tanto en el Bernabéu como en el Camp Nou estiman que nada será igual después del coronavirus, la forma en que se afronta ese futuro se sospecha, ahora mismo, distinta.
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