sexta-feira, 6 de março de 2020

Claudio Bravo, entre Anoeta y la ciudad condal

Ante cualquier enfrentamiento deportivo es inevitable recurrir a la hemeroteca y echar la vista atrás para recordar los mejores momentos que han deparado sus antecedentes, o bien esas figuras que personifican esa rivalidad. A pesar de no haber brindado una rivalidad antagónica, los caminos de Barça y Real Sociedad han deparado siempre cruces vibrantes representando dos de los nombres con más recorrido de la historia del fútbol español, pudiendo catalogar incluso este duelo como uno de los clásicos ligueros.Pero no sólo se cruzan los caminos que pasan por Donosti y el Camp Nou en los 144 enfrentamientos que han disputado ambos conjuntos a lo largo de la historia. Son muchos, concretamente una docena, los nombres, muchos de ellos históricos que han vestido las dos zamarras en su trayectoria futbolística.
El más sugerente es sin duda alguna el de Antoine Griezmann, actual delantero del Fútbol Club Barcelona que explotó en la cantera de San Sebastián. Pero el francés no ha sido el único. Leyendas de nuestro fútbol, como el guardameta Artola, Jose Mari BakeroTxiki Beguiristain o López Rekarte, dejaron su sello en las vitrinas realistas y azulgranas. Pero si hay un nombre que llame más la atención que el resto en cuánto se habla de ambos clubes, ese es el de Claudio Bravo.

Los pasos de una leyenda

Avalado por su carácter luchador y su incesable ímpetu trabajador, el chileno se ha ganado un hueco en la memoria de los aficionados barcelonistas y donostiarras, considerándose uno de los grandes de ambos clubes. Catalogado, entre otros, por el propio Roy Hogdson como “la mejor muestra de juego y de pases con los pies que he visto en un portero”, el nacido en Viluco llegó a Anoeta en el 2006, dónde se erigió como cancerbero hasta en 229 ocasiones. El que para muchos es “el mejor portero chileno de la historia”, ahora militante en el Manchester City de Josep Guardiola, se ha hecho un nombre en nuestro fútbol, donde ha logrado un Trofeo Zamora como guardameta menos goleado. Fue en la temporada 2015/2016, cuando desempeñó a las mil maravillas su papel de alternancia con Ter Stegen recibiendo tan sólo 23 tantos. No se hizo grande en Can Barça, sinó que en Anoeta logró establecer la marca de 451 minutos sin recibir un gol.
Sin embargo le costó hacerse un hueco en la Real Sociedad al futbolista procedente del Colo-Colo de su Chile natal. En la temporada 2007/2008 no gozó de apenas minutos ante la titularidad del guardameta Asier Riesgo, que un año más tarde pondría rumbo hacia el Recreativo de Huelva. Fue en el curso 2008/2009 cuando empezó a forjar su nombre el chileno, gozando del puesto de meta titular en Segunda División. Pero su temporada estelar resultó ser en 2010, cuando de la mano de Martín Lasarte, lideraba al conjunto donostiarra para ascender a la cima del fútbol nacional. A partir de ahí, se hizo un hueco entre los favoritos a alzarse con el Trofeo Zamora año tras año, con la clasificación europea de la temporada 2011/2012 como principal hito.
Bravo, en su estreno con el Fútbol Club Barcelona.
Bravo, en su estreno con el Fútbol Club Barcelona. FOTO: Mireia Carcole
Fue  su juego de pies el que hizo llamar a su puerta el Barça, siempre afín a los guardametas de estas características, en la temporada 2014/2015 en plena reestructuración de la plantilla. Junto a él, el conjunto azulgrana, con la tutela del entonces director técnico y exmilitante en su posición Andoni Zubizarreta, contrató a otro perfil similar con la juventud como principal característica: Marc André  Ter Stegen, quien hoy resguarda la meta del Camp Nou. Llegó a la ciudad condal tras su meritório Mundial de Brasil de 2014, en el que hizo gala de las virtudes mostradas en su aventura como realista, que finalizaría ese mismo verano. Su etapa en Can Barça fue más corta de lo previsto, dada su competencia con el guardameta alemán, pero sus 75 comparecencias le bastaron para rentabilizar los 12 millones de euros que el Barcelona pagó por él, e incluso, revalorizarse hasta los 18 por los que el Manchester City de Pep Guardiola decidió pujar para hacerse con sus servicios, convirtiéndose el Eithad Stadium en su nueva casa hasta día de hoy.

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