Los pasillos de la zona de jugadores de Valdebebas aparecen a veces con fotografías pegadas de los futbolistas del primer equipo. No son de goles, celebraciones o acciones espectaculares del juego. No. Se trata de momentos aislados, generalmente del momento en el que entran al campo. Más de un jugador las ha quitado porque se ve mal, sale con mala cara o en una postura extraña.
Esas fotos las encarga Hamidou Msaidie, el ayudante de Zidane al que rodea un halo de misterio. Esas imágenes le valen para su trabajo, para analizar la energía con las que los jugadores entran en el campo. Y para que, entre bromas, los futbolistas hablen de él como el "decorador de Valdebebas".
De Msaidie se sabe poco, casi nada. Su discreción es absoluta y siempre se ha mantenido alejado de la prensa. Sus rituales se repiten partido tras partido. Antes de cada calentamiento en los partidos coloca una serie de balones en fila midiendo siempre que la distancia entre ellos sea idéntica. Bordea la obsesión por la simetría. Cuentan en Valdebebas que antes de los partidos se sacaba de los bolsillos dos puñados de arena y lo echaba sobre el césped. Pero un día levantó la cabeza y vio a un fotógrafo atento a su ritual. Desde entonces ha dejado de hacerlo.
En un cuerpo técnico rebosante de experiencia y de currículos brillantes, a su lado sólo aparece el término ayudante. Nacido en las Comoras, antigua colonia francesa entre Mozambique y Tanzania, creció en Francia, donde fue un jugador de perfil bajo en Sucy-en-Brie, una localidad de las afueras de París. Y vivió en Berlín, ciudad a la que fue destinado su padre, militar.
La conexión entre Hamidou y Zidane llegó a través de David Bettoni, la mano derecha de Zizou. Se conocieron cuando Bettoni daba sus penúltimos coletazos como futbolista allá por 2003 en el US Créteil-Lusitanos (Ligue 2) se cruzó con un diplomado en kinesioterapia y especializado en fascioterapia.
Se tratra de una especialidad relacionada con la osteoterapia y que elimina los movimientos bruscos a nivel articular, los famosos crujidos. Los sustituye por movimientos armónicos, mediante presiones específicas para cada articulación, ayudado íntimamente con los ciclos de la respiración. Intenta el cuerpo no se sienta agredido con una terapia poco traumática.
Bettoni, su 'descubridor'
Fascinado por su trabajo, Bettoni presentó a Hamidou a Zidane y desde entonces sus caminos no se han separado. Su labor en el día a día no está explicada, pero es omnipresente. Tanto que en ciertas esferas del club se considera que más de una vez invade su trabajo. Pero para Zidane no hay límites. Su fe en Msaidie es total. En él encuentra soluciones físicas y mentales, al recuperador, al psicólogo, al consejero... Y el compañero de yoga. "El cuerpo es un circuito eléctrico en el que todo está conectado. Hay que mantener el cuerpo en armonía", defiende como un mantra el ayudante de Zidane, su Philippe Boixel de cuando era jugador.
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