sábado, 14 de março de 2020

El descenso a los infiernos de Ronaldinho

Ronaldinho y su hermano, detenidos en Paraguay.


Hablar de Ronaldinho Gaúcho es hablar de un genio. La carrera del brasileño como futbolista es la de un hombre que lo tuvo todo. Pudo reinar durante años, pero decidió que aunque el fútbol era su gran amor, no lo era todo en la vida. Eso le impidió establecer un ciclo hegemónico tan largo como otros grandes jugadores. Su reinado duró dos o tres años, ¡pero qué años!
Cuando Jan Laporta lo ficha en 2003, como el galáctico de su candidatura, ya sabía lo que estaba contratando. Ronaldinho ya tenía fama de hedonista en ParísLuis Fernández, técnico que lo tuvo a su cargo en el PSG, revelaba en sus memorias que se trataba de un jugador con escasa disciplina táctica y mucha tendencia a la fiesta. "Se llevaba a mujeres a la habitación durante las concentraciones".
Ese estilo de vida no le impidió convertirse en el mejor del mundo durante su etapa en el Barcelona. Los dos se necesitaban mutuamente. El Barça se encontraba en plena reconstrucción. Después de años de depresión en el Camp Nou, el gaúcho iluminó el Camp Nou (y LaLiga) con su sonrisa, con su magia.
Su debut pudo servir de maravillosa metáfora de lo que sería su etapa en Can Barça: fútbol y noche. Y es que al brasileño le tocó estrenarse como culé en la famosa Noche del Gazpacho. Un partido de Liga en el Camp Nou contra el Sevilla que se jugó hasta la madrugada y en el que el club regaló vasos de gazpacho a los asistentes. Ahí, en mitad de todo ese jolgorio y surrealismo, Dinho mostró su mejor versión y adelantó a los culés que se venían años de diversión. Presentó sus credenciales con un golazo memorable.
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Las 10 maravillas de Ronaldinho, pura magia en el regate
En sus primeros años como culé, su estilo de vida fuera del campo no es un problema. Es el mejor en la cancha y se le trata con manga ancha por ello. Una vez gana la Champions, en 2006, empieza el declive. Media Barcelona le había visto de fiesta. De poco servía que se tapara la cara con una máscara. Los vídeos de Ronnie tocando percusión en discotecas o bailando estaban a la orden del día. Las famosas gastroenteritis con las que desde el Barça se tapaban sus ausencias de los entrenamientos, también.
Así, los que le cubrían, un día dejaron de hacerlo. Tuvo que ser Pep Guardiola el que tomara la decisión de echar a Ronnie del Barça. El Gaúcho, que estaba ejerciendo de padrino de Messi en el vestuario, también podría convertirse en una mala influencia para el crack que estaba por venir. Para el único jugador de aquel vestuario culé que era capaz de ganarle al brasileño cuando jugaban al frontón con el pie.

La decadencia

La salida del Barça puede suponer un punto de inflexión para Ronaldinho, aunque su caída en picado ya había empezado unos años antes. A diferencia de otros cracks de la actualidad, él no miraba el dinero. No escatimaba en gastos. Sus fiestas podían durar días y nunca tenía problemas en tirar del carro. Detrás de tanto jolgorio, había un hombre derrumbándose por dentro. Cuentan que unas Navidades alguien se pasó a felicitarle por casa y se lo encontró totalmente solo, sin nadie con quién celebrar la Nochebuena.
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Prisión preventiva para Ronaldinho en Paraguay
Su experiencia en el fútbol italiano y el brasileño no fueron tan satisfactorias como su etapa en el Barça. Además, los problemas extradeportivos eran menos tolerables porque ya no marcaba tanto las diferencias. Una noche, en una discoteca de Milán, un grupo de aficionados lo sacaron del local y le obligaron a marcharse a casa. Aquel evento, días antes de un derbi con el Inter que los rossonieri perdieron, fue la gota que colmó el vaso.

La ruina

Años después, el Barcelona intentó recuperar la figura, el icono que para el club supuso una figura como la suya. El club le nombró embajador, pero la experiencia le salió rana. Verso libre como es, el día que tenía que estar en el Camp Nou para su primer acto, se quedó jugando al fútbol en la playa de Castelldefels. Un plantón en toda regla.
Después llegó su apoyo público al ultraderechista Jair Bolsonaro o sus problemas con la justicia brasileña, que le multaron por unas obras ilegales. El exjugador se declaró insolvente y aseguró que sólo le quedaba poco menos de seis euros en el banco. Un extremo que la Justicia nunca se terminó de creer y se tomó como una treta para evitar un embargo de sus cuentas.
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Ronaldinho conquista el torneo carcelario... con una exhibición
En aquella ocasión escapó de la cárcel, pero esta vez no lo ha logrado. Ronaldinho y su hermano se encuentran en prisión preventiva en Paraguay por falsificación de pasaporte. Según la ley de aquel país, el exjugador tiene que ser juzgado en menos de seis meses. Mientras tanto, pasa los días en una cárcel llamada El Cuadrilátero, conocida por albergar a capos del narcotráfico y políticos corruptos.
Su abogado dice que Ronnie se encuentra en esta situación básicamente porque "es tonto", pero cuesta creer que un adjetivo como ese pueda valer para definir a un tipo como él. Más bien es un genio que se pasó de listo.

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