terça-feira, 22 de novembro de 2016

El Sevilla, entre la inocencia y las injusticias (1-3)

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El conjunto nervionense se complica ante la Juventus su clasificación para los octavos de final por la absurda expulsión de Franco Vázquez. El control fue local hasta quedarse en inferioridad / Clattenburg se erige en el protagonista.


El Sevilla deberá sufrir para alcanzar su objetivo de estar en los octavos de final de la Liga de Campeones. El equipo de Jorge Sampaoli dilapidó una primera media hora prometedora contra la Juventus por culpa de un error que bien pudo haber evitado, ya que, independientemente del acierto arbitral o no, Franco Vázquez le cargó las pistolas a un Mark Clattenburg que se erigió en el auténtico protagonista del encuentro.
No se trata de personalizarlo todo en el trencilla inglés, pues es bien sabido que en La Coruña también tuvieron los nervionenses una ayuda del juez, pero sí hay que resaltar que un hombre tan experimentado como él debe saber llevar mucho mejor el juego y manejar la situación, algo que nunca hizo.
Por ejemplo, el supuesto agarrón de Mercado a Bonucci puede existir, claro que pudo producirse, pero existen mil dentro de las áreas de todos los equipos que se pasan por alto y ahí no pasa nada. Como sucedió cuando a Iborra también lo cogieron de su zamarra en plena recta final con 1-2 en el marcador y se dirigió a uno de los auxiliares de portería para reclamárselo. Con un futbolista local expulsadopor una doble acción de lo más absurda no se puede sancionar el penalti que supuso el empate en el marcador, eso lo sabe hasta el que estudia su primer cursillo para ingresar en ese complicado oficio del arbitraje.
Pero Clattenburg, con partidos de mucho bagaje, como una final de la Liga de Campeones, en su mochila, no lo entendió así y acabó de encrespar los ánimos en un estadio Ramón Sánchez-Pizjuán que ya era consciente de las dificultades de la empresa desde que saliera del terreno de juego Franco Vázquez por sus propios errores. Ahí se produjo el punto de inflexión del litigio y seguramente si no hubiera sido en el penalti que se podía haber ahorrado el inglés, la Juventus hubiera tenido mucho tiempo para llegar hasta la remontada con uno más.
Son las cosas del fútbol y en este deporte quien avisa no es traidor. Ya quedó patente esa posibilidad cuando en este mismo apartado para el cronista se titulaba el relato del Sevilla-Dinamo de Zagreb, con un 4-0 en el marcador final, Ese gol de Tolisso... No era baladí la reflexión, la victoria de la Juventus en el feudo nervionense no era ninguna quimera.
Aunque se produjo en unas circunstancias dignas de ser discutidas, ese fue el resultado. Esto, unido al lógico, también, triunfo del Lyon en su visita al Dinamo de Zagreb conduce a una situación extrema para el cuadro de Sampaoli. Se lo jugará todo en su visita al nuevo estadio del cuadro francés, algo que parecía imposible con seis puntos de ventaja a falta de sólo dos jornadas para el final de esta primera fase. Pero todo era muy engañoso por mor del tanto conseguido por Tolisso en Turín.
Todo eso, sin embargo, tendrá un tiempo de análisis durante el inminente puente de la Inmaculada, que será cuando los blanquirrojos visiten al cuadro francés. Ahora es mucho mejor desmenuzar lo acontecido ayer en un Sánchez-Pizjuán dispuesto a vivir una de sus grandes noches europeas. Y lo primero que destaca es el cambio de propuesta futbolística dentro de los dibujos tácticos que suelen utilizar tanto el Sevilla como la Juventus. No es que ninguno de los dos equipos no se manejen nunca con cuatro atrás, pero es verdad que tanto Sampaoli como Allegri, en la mayoría de las ocasiones, gustan más de colocar a tres zagueros con laterales largos. Nada de eso.
Defensa de cuatro en ambos conjuntos para proteger más los costados, dos medios centro fuertes en los blancos, como Iborra y N’Zonzi, con la intención de que el valenciano cortara cualquier intento juventino de buscar a Mandzukic para que éste bajara el balón a la espera de las llegadas desde atrás. Además, en el dibujo del cuerpo técnico blanquirrojo Mariano era esta vez extremo y todo se convertíafinalmente en un 1-4-4-2 con Franco Vázquez con libertad absoluta para ayudar a Vietto y también para bajar en apoyo del centro del campo. La Juve, mientras, estaba más cerca de un 1-4-5-1 con Manzukic aislado.
Con semejantes ideas de fútbol, el Sevilla fue dominador en el arranque y hasta llegó a ponerse por delante muy pronto gracias a un zapatazo de Pareja en un doble rechazo tras un saque de esquina. La cosa pintaba bien para un equipo que sólo necesitaba un punto para asegurarse su presencia en los octavos de final, incluso las irrupciones de Escudero desde atrás pudieron destrozar a la Juventus y finiquitar prácticamente el choque con cierta prontitud. Pero el lateral no aprovechó una gran oportunidad para rematar siquiera y en otra disparó alto.
La Juventus, mientras, parecía fuera de sí, como si no hubiera llegado a arrancar y Sergio Rico sólo sufriría en un centro-chut de Cuadrado y una rosquita de Mandzukic en un contragolpe. Pero todo comenzó a torcerse al filo de la media hora. Un manotazo clarísimo de Cuadrado en el rostro de Escudero conducía a Franco Vázquez a tomarse la justicia por su mano, aunque el colombiano exageró mucho su caída. Primera tarjeta amarilla y después ya sí llegaría un error endógeno por parte del Sevilla, en este caso de Franco Vázquez. El argentino demostró que tiene mucho peligro cuando ya ha sido amonestado, como le ha ocurrido en otros encuentros. No midió en una entrada a Khedira y se fue al vestuario demasiado pronto.
Estaba claro desde entonces que el choque sería un sinvivir para el Sevilla y más se agudizaba la cosa con el discutidísimo penalti al filo del descanso. Es verdad que el cuadro local supo aguantar después, que casi no concedió ocasiones de gol en inferioridad, pero el cronómetro no avanzaba y ya cerca del final Bonucci agarró el zurdazo decisivo. El Sevilla deberá sufrir en Lyon por culpa de la inocencia de Franco Vázquez y de aquel gol de Tolisso en Turín. Cosas del fútbol.

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