Son muchas las similitudes que podemos encontrar si comparamos el Sevilla actual de Lopetegui y el de la temporada pasada de Machín. A estas alturas de la competición liguera, solo dos puntos separan a un Sevilla del otro, pero por medio hay muchos datos a tener en cuenta.
El Sevilla CF está pasando por una de sus épocas más convulsas. Nadie para en el banquillo hispalense, y año tras año hay unas expectativas que no suelen cumplirse. Atrás quedó el hito de Emery con sus tres Europa League.
Desde el verano de 2016, cuando el técnico vasco firmaba con el PSG, han pasado seis entrenadores por Nervión. Uno de ellos es Joaquín Caparrós, a modo de apagafuegos. Ni la intensidad de Sampaoli, ni la táctica de Berizzo, ni las luces y sombras de Montella llegaron a calar en el Sevilla. La temporada pasada, el encargado de dirigir al Sevilla fue Pablo Machín, pero, aunque su comienzo fue ilusionante, al término de la temporada era un fracasado más en el banquillo del Pizjuán.
Sevilla de Lopetegui: otra temporada complicada en Nervión
Lopetegui volvió a entrenar a un equipo tras su desastre en el Real Madrid. El Sevilla fue el encargado de devolver a su oficio a un entrenador de mucho nivel que quizá no pudo demostrarlo en tan poco tiempo en Chamartín.
Como tantos años, en verano hubo una gran cantidad de movimientos. Muchos jugadores marcharon, pero otros muchos llegaron. Es complicado hacer un equipo que cada año renueva su plantilla al completo. A pesar de todo, la afición sevillista estaba realmente ilusionada con las nuevas incorporaciones.
Rony Lopes llegaba como estrella, Ocampos pintaba muy bien, Kounde era una promesa, y Óliver Torres era la cara conocida; todos conscientes de su gran talento. De por medio llegaron jugadores como Fernando, De Jong, Chicharito, Joan Jordán y Dabbur. Todos buenos jugadores, pero sin saber cómo iban a cuajar en casa nervionense. Monchi volvió a hacer de las suyas con Diego Carlos. Nadie le conocía antes de llegar por 15 millones de euros, y ahora podría cuadriplicar ese precio.
Lopetegui ha hecho del Sevilla un equipo bien plantado, pero con varias carencias. En partidos importantes no suele demostrar el potencial que alberga. El 3 - 1 en Miranda del Ebro en los Cuartos de Final de la Copa del Rey ha sido la última gran caída del club hispalense. De hecho, a partir de ese partido, no ha vuelto a conocer la victoria.
Sin embargo, tiene al equipo en quinta posición en Liga, empatado con el Atlético de Madrid y a 3 puntos del Getafe. Tiene los puestos de Champions a un solo paso, y en Europa League se enfrentará al Cluj rumano en dieciseisavos de final. A priori es un reto fácil, pero nunca se sabe qué puede pasar. Aún quedan 15 jornadas de Liga que pueden determinar su continuidad o su destitución, a esperas de lo largo o corto que sea su camino en Europa.
Sevilla de Machín: Las sombras opacaron a las luces
Pablo Machín, por su parte, llegó en una situación muy parecida a la que se encontró Lopetegui. Montella no acabó la temporada 2017-18 y Caparrós fue al rescate (inútilmente).
La temporada para el ex del Girona empezó con un plato fuerte: la Supercopa de España, que perdió dignamente ante el FC Barcelona. Las fases previas de la Europa League las pasó sin problema alguno, y el primer partido de Liga lo solventó con un 1 - 4 ante el Rayo.
Pronto comenzaron los problemas. En la segunda jornada empató contra el Villarreal, y en la siguiente llegó la derrota en el derbi sevillano. Fue todo un palo para un Sevilla creyente de su superioridad frente a su vecino. La siguiente jornada volvió a perder, y no fue hasta la Europa League cuando retomó el buen camino. Encadenó 4 goleadas seguidas, siendo una de ellas el 3 - 0 al Real Madrid, y al quinto partido volvió a caer inesperadamente contra el Krasnodar.
A partir de ahí, el Sevilla de Machín fue remando, pero de manera muy irregular. El Camp Nou fue escenario de las principales pifias del club hispalense. En Liga recibió 4 goles, y en Copa, tras llevar un 2 – 0 de ventaja, le cayeron 6. De nuevo en Liga, en el Pizjuán, también les metieron 4. Ya la última gota que colmó el vaso fue la fatídica eliminación de la Europa League en octavos de final a manos del Slavia de Praga. Fue una eliminatoria inimaginable y surrealista, y ello acabó con la corta trayectoria sevillista de Machín.
Lopetegui vs Machín
A las alturas de la temporada que estamos, es buen momento para comparar los trabajos de estos dos entrenadores que ni han sabido ni están sabiendo llevar al Sevilla al triunfo (al menos por ahora). Actualmente, a poco de entrar en la jornada 24 de Liga, si miramos la clasificación de la pasada campaña encontramos un Sevilla con tan solo dos puntos menos que el actual. Sin embargo, sí estaba en puestos de Champions.
Obviamente, los estilos de juego han cambiado en gran parte. Del exotismo de Machín, con una defensa de 3 acompañada de dos extremos-carrileros, 2 pivotes, un mediapunta y dos delanteros, el Sevilla ha pasado al típico 4-3-3 básico de Lopetegui. Ninguno de los dos entrenadores es de dar el balón al contrario para que el otro cree su juego; ambos apuestan por tener el partido bajo control e imponer sus estilos de juego. En cuanto a posesión, el equipo de Julen lleva una media de 58% en los 23 partidos de Liga que llevamos, con el increíble dato de que, hasta ahora, su equipo solo ha perdido la posesión del balón en 3 ocasiones de las 23: contra el Barcelona, contra el Madrid y contra el Betis. Machín, a estas alturas tenía una media de 51%, perdiendo la posesión en varios encuentros.
Algo que también hay que tener en cuenta es el dato de los goles marcados y encajados en ambas temporadas. El equipo de Machín, en sus primeros 23 partidos de Liga, llevaba 38 goles marcados, frente a la pobre cifra de 29 de Lopetegui, y 25 encajados. En este sentido sí favorecen los datos al técnico vasco, ya que el Sevilla actualmente lleva 23, aunque solo son dos goles de diferencia. Sí hay que decir que, a partir de la jornada 24, el Sevilla encajó dos goleadas seguidas, y con Caparrós encajó otra. El equipo nervionense acabó la temporada con 47 goles encajados, casi el doble de los que llevaba a las alturas que actualmente estamos de Liga.
Es complicado comparar a dos entrenadores tan diferentes, pero a la vez tan iguales en cuanto a resultados. Ninguno tiene contento a la parroquia sevillista, aunque aún Lopetegui puede cambiar esta situación. Una Copa del Rey que se podría haber puesto a tiro fue desperdiciada en un desastroso partido, y solo queda ganar la Europa League, donde el nivel parece poner las cosas demasiado difíciles a un Sevilla que no encuentra su sitio. El único consuelo sería quedar en puestos de Champions de cara a la próxima temporada, y todo lo que sea menos de puestos UEFA sería un auténtico fiasco, aunque, antes de que pase eso, llegará Caparrós una vez más para intentar levantar al equipo… sea como sea.
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