Liberados Messi y Piqué, la Champions examina a Alba y Busquets, que salieron muy tocados de Liverpool, y a Suárez, con la cruz de los goles fuera de casa.
Liberados Messi y Piqué, que han vuelto a ser de lo poco rescatable del Barça en LaLiga, la Champions amenaza con convertirse en un juicio sumarísimo para tres vacas sagradas del Barça, Alba, Busquets y Suárez, por diferentes motivos.
El caso de Alba es el más relevante. Intocable en el Barça desde su llegada en la temporada 2012-13, ya terminó muy tocado el curso anterior después de ser uno de los jugadores señalados por la noche negra de Anfield y de quedar en evidencia ante Carlos Soler en la final de Copa. Un sector de la directiva reprochó a Josep Maria Bartomeu sucumbir a las exigencias de Alba para renovarle hasta 2024, aunque algunos de esos mismos son los que se echaban a la cabeza cuando se especuló con una posible marcha del lateral a la Premier. Alba ha tenido un año difícil, con multiplicación de lesiones musculares. El tramo final de temporada, sin embargo, ha sido bueno. Alba había dado una sola asistencia de gol en LaLiga hasta el confinamiento y sin embargo marcó un gol y dio cinco asistencias después del reinicio de la competición. Pero sabe que se la juega en la Champions, competición en la que el nivel físico sube y él sufre como lleva demostrando tiempo. Está bajo vigilancia.
Busquets ha subido su rendimiento con Setién, pero el debate con el mediocentro está encima de la mesa desde que Valverde le dejó en el banquillo en la primera jornada de Liga.Una manera de quitarle el cartel de indiscutible, lo que pudo tener luego sus consecuencias para el Txingurri. Busquets también ha salido muy tocado de los atropellos de Roma y Liverpool. Frente a los que defienden su sabiduría única para leer los partidos, hay críticos que opinan que la intensidad de los partidos le pasa ya por encima y que es hora de que De Jong coja su relevo en esa posición. Como Alba, Busquets tiene un contrato largo, hasta 2023. Pero su caso es, incluso, más complicado que el de Alba. El Barça le debe mucho a Busquets, miembro de la generación más gloriosa de la historia del club. Además, el centrocampista se resiste contra el tiempo. Con Setién ha mejorado su rendimiento y se le ve más implicado en el funcionamiento general del grupo.
Y luego está Suárez, a quien persigue esa leyenda de los goles fuera de casa en la Champions. Una etiqueta algo injusta, porque Suárez fue el artítifice del gol ante el United en Manchester y también marcó virtualmente este curso en Praga. Aunque su último gol europeo fuera del Camp Nou fuese en 2015, no debería ser el motivo principal para poner en cuestión a un jugador que, además, ha sido el mejor del Barça fuera de casa con goles decisivos en Leganés, Getafe, Cornellà, Anoeta, Vigo.... El rendimiento del tercer máximo goleador de la historia del club no puede estar en duda, pero sí su recorrido. Suárez tiene serios problemas en la rodilla derecha y habrá que vigilar sus movimientos si el Barça avanza rondas en Europa porque el uruguayo sufre si se ve obligado a esfuerzos de alto nivel en un corto de espacio de tiempo. Hace tiempo que un sector de la crítica persigue un relevo para Suárez. Como para Alba o Busquets. Los tres estarán bajo la lupa esta Champions.
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