Por cuarta vez ya en esta Liga, el Real Madrid no pudo pasar del 0-0 ante un Athletic Club muy bien equilibrado pero salvándose gracias a los palos y un pletórico Unai Simón. El guardameta se lo paró todo a un Benzema sin compañeros de ataque que compartiesen ese hambre del delantero francés. No funcionó la doble apuesta brasileña de 'Zizou' y al juego blanco también le faltó esa pizca de fortuna.
El Santiago Bernabéu no pudo celebrar con una agradable victoria el final de año 2019 junto a un Real Madrid desacertado de cara a gol. Si bien es cierto que el equipo ha mejorado en muchos otros aspectos del juego, últimamente y en algunos partidos puntuales, a los blancos les ha fallado la efectividad. Esa que los aficionados merengues esperaban ver solventada frente al Athletic Club, sobre todo después de los dos recientes empates ligueros. Sin embargo, otra vez el cántaro fue mucho a la fuente pero no se rompió.
Empate sin goles porque así lo quiso Unai Simón y sus aliados los palos, junto al buen planteamiento del técnico visitante. Pero, aparte del acierto rival unido a la mala suerte, hay otros motivos para analizar de los propios futbolistas del conjunto madrileño. En una plantilla de tanto nivel, ¿cómo puede ser que solo Karim Benzema genere peligro constante y sea casi el artillero más en forma, partido tras partido? Cuando el galo no tiene fortuna... Sucede lo de esta Jornada 18, pero también lo del Atlético, Betis o Valladolid. Cuarto 0-0 del curso.
Un Athletic resguardado bajo su gigante
Antes de analizar los problemas en la parcela ofensiva blanca, cabe resaltar una de las claves del punto conseguido por el Athletic Club en el feudo madridista. Los de Garitano tenían claro qué tipo de partido querían proponer a su rival y clavaron el plan a falta solamente de un tanto bilbaíno. Ese que anotó Kenan Kodro pero en fuera de juego. O ese disparo de Williams que despejó bien Courtois. Apenas fueron dos destellos muy puntuales, pues el mayor peso del juego fue local.
El Real Madrid bordó el 70 % de la posesión, sumó hasta 20 remates con ocho de ellos a portería y se pasó el esférico hasta el triple de veces que el conjunto vasco. No obstante, todas estas estadísticas favorables no se tradujeron en un resultado positivo. Tampoco fue por no intentarlo, en particular Benzema, quien se topaba una y otra vez con alguna intervención del gigante bilbaíno. No por su altura destacada, sino por seguir demostrando por qué su equipo es el segundo menos goleado de la Liga Santander.
Ni bandas ni centros suficientes
Unai Simón se engrandecía con cada ocasión blanca, mientras los de casa dominaban, movían de un lado a otro y buscaban a su líder galo. Está claro quien es el hombre de confianza en ataque para todo el Real Madrid. Aunque a los chicos de ambas bandas también se les convocaba a la causa bélica para generar desajustes en la bien armada zaga de los 'leones'. Lo malo era que no se les encontraba.
Vinícius Jr solo desbordó en la primera mitad en tres jugadas individuales fantásticas pero con mal final. En cambio, a Rodrygo se le vio algo más discreto y apenas pudo ponerle un buen centro a su delantero. Muy poco más de unos talentosos brasileños a los que les falta ser mucho más incisivos, crear más acciones de peligro e incluso ganar olfato o hambre de gol. Porque solo Benzema no puede y se volvió a ver en el Bernabéu.
Eso sí, al menos Zidane reaccionó rápido dando entrada tanto a Bale como a Jovic. Sin embargo, ninguno pudo tampoco ver portería. El que más cerca estuvo fue el serbio con un enorme cabezazo estrellado en el poste. Pero claro, apenas pudo rematar un centro y con esa especialidad suya sobre el verde conviene tirarle muchos más. Del gol vive el delantero sí, pero también del gol llegan las victorias. El Real Madrid deberá pedirle al nuevo año 2020 recuperar su gran eficacia anotadora que le ha caracterizado durante tantas épocas.
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