Dos mil quinientos son los partidos que ha cumplido en LaLiga en esta jornada el Sevilla. Muchas han sido también las caras que se han visto del combinado andaluz a lo largo de esos choques, pero lo cierto es que Lopetegui ha conseguido conferir a este equipo personalidad, que es lo que gusta al aficionado y lo que hace rascar réditos positivos. Lo cierto es que este arquetipo queda refrendado con el partido ante Osasuna, donde el Sevilla ha asediado en gran parte del juego a un conjunto que en casa es prácticamente intratable.
Los de Lopetegui viajaron a Pamplona con la tarea de recortar distancias con un 'Big Two' de la LaLiga -FC Barcelona y Real Madrid- que no falló ante Espanyol y Mallorca. No obstante, el Sevilla está sabiendo residir entre los tres primeros por ganar partidos como el de la pasada jornada con el Leganés en casa, el cual terminó con color andaluz por el oficio de hombres como Diego Carlos, que se empleó como viene acostumbrando a la perfección atrás y encima fue el encargado de batir a Cuéllar.
En lo que a Osasuna respecta, los de Jagoba Arrasate se están erigiendo como toda una revelación del campeonato no solo por estar lejos del descenso -pues al ser un recién ascendido es ahí donde debería tener las miras puestas-, sino por avizorar fecha tras fecha puestos continentales.
Dominio repartido
El Sadar y el Osasuna comparten una característica que les hacen casi únicos en el fútbol español, la intensidad que imprimen cada vez que alguien se hospeda en sus dominios. Fue con esa intrínseca cualidad como echó a rodar el cuero, y es que poco después del pitido inicial Ávila, jugador insignia rojillo, avisó a Vaclik con un cabezazo que el larguero escupió. Sin embargo, los nervionenses tomarían la iniciativa en el electrónico con una fantástica maniobra de Munir, que se anticipó a Estupiñán para plantarse en la frontal y perforar el marco osasunista con un tiro de rosca, una definición de bella factura.
El tanto sevillista dejó fríos a los aficionados locales, que aún sabedores de la calidad de su rival no esperaban un tanto tan tempranero cuando era su equipo el que dominaba. Tras rebasar el ecuador, el fútbol quedó momentáneamente en un segundo plano por un golpe entre Cardona y Diego Carlos que se saldó con una conmoción cerebral para el hombre que portaba la zamarra local, por lo que tuvo que abandonar el verde para la preocupación de todos.
Tras una oportunidad de Brasanac, el VAR tuvo que poner orden en el minuto treintaitrés por un gol de Chicharito que inmediatamente sería anulado por posición ilegal. Acto seguido, el Sevilla se adueñó del juego y puso pausa con un magnífico trato del balón, dando a entender que la primera parte finalizaría con cero a uno. Nada más lejos de la realidad, pues Chimy Ávila igualó el partido en el extenso alargue con un misil tierra-aire que se introdujo por el palo de Vaclik.
Fútbol, fútbol y más fútbol
El guion de la segunda parte fue el mismo que el de la primera, Osasuna salió de vestuarios con su consuetudinaria garra. A los tres minutos, Rubén García puso el corazón en un puño a Lopetegui con un magistral libre directo que se perdió por muy poco. La respuesta del Sevilla llegó no muy tardíamente, estuvo en las botas de un negado Chicharito, que no acertó en el mano a mano con el cancerbero. El partido da un severo giro de tuerca una vez alcanzada la hora de envite con la expulsión por doble amarilla de Oier Sanjurjo, que se fue prematuramente a las duchas por una zancadilla a Óliver Torres.
Como era de esperar, el Sevilla se hizo con las riendas de un compromiso que se le había puesto muy de cara con la superioridad numérica. La polémica volvió a hacer acto de presencia cerca del minuto setenta con la pena máxima que Estrada Fernández decretó sobre el delantero mejicano del Sevilla, que supuestamente había sido golpeado por Juan Pérez, portero de Osasuna. Para la desdicha hispalense, el videoarbitraje anuló el penalti después de poner en evidencia al de Guadalajara al corroborarse que Pérez tocó antes el esférico que al jugador visitante.
El asedio sevillano fue total, el minutero corría muy lento para los pamplonicas y demasiado rápido para los pupilos del Sevilla. Franco Vázquez, héroe de la última visita del Sevilla al antiguo Reino de Navarra, estuvo a nada de serlo nuevamente con un intento en un córner, el cual fue desbaratado por Juan Pérez. Con la contienda casi muerta, el debutante en liga Dabbur se pudo coronar en el ochentaisiete, pero la suerte quiso salvar a Osasuna al estrellar el balón en la madera. Así las cosas, se puso fin a la jornada dieciseis.
El Sevilla se mantiene a tres unidades de Madrid y Barcelona y Osasuna sigue al acecho de los puestos de Europa League.
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