En medio del dolor que causó la tragedia de la delegación del Chapecoense, en Atlético Nacional se puso a prueba la capacidad de reacción de sus empleados y dirigentes.
Mientras la mayoría trabajaba en labores de apoyo a las víctimas y familiares entre la noche del lunes y el martes, otros se ocupaban del desmonte del partido que estaba programado para el 30 de noviembre a las 6:45 p.m. en el estadio Atanasio Girardot, y cuyo montaje tenía un costo aproximado de 220 millones de pesos.
La gerente financiera y administrativa Francy Elena Puerta señala que todo estaba dispuesto para ese encuentro de la final de la Copa Suramericana, con una logística que, inclusive, superaba a la que emplearon en la Libertadores.
Además de las medidas de seguridad ya definidas, se había dispuesto abrir el escenario con tres horas de anticipación. Para amenizar habían contratado a Willy García (músico exGuayacán), Pasabordo y Jean Carlos Centeno.
Tenían previsto ubicar luces en el interior, proyectadas hacia la gramilla para formar el escudo del club. Iban a decorar todo el estadio de verde. “Por fortuna la gente fue comprensiva ante la cancelación y no hemos tenido inconvenientes. Un artista que recibió anticipo estaba dispuesto a hacer la devolución”, cuenta la gerente.
Hasta el lunes 28 de noviembre, 22.000 abonados hicieron la recarga y se vendieron 8.500 boletas. La intención era ampliar un día más para las recargas, y asegurar lleno. La taquilla estimada era de 4.500 millones de pesos.
Este tema está pendiente de resolver para quienes compraron entradas, pues se espera la decisión de la Conmebol sobre la definición del torneo a pesar de que Nacional propuso que el título se le entregue a Chapecoense.
Si bien el gesto de los verdolagas fue bien recibido por la afición, existe la posibilidad que el juego se realice más adelante, teniendo en cuenta los contratos que hay con los patrocinadores, además de los derechos de televisión.
“Lo único que le podemos decirle a la gente es que estamos esperando el pronunciamiento de la Conmebol, entidad que definirá el caso. El dinero de la taquilla está en una cuenta independiente para actuar de inmediato, según la decisión”, anota la gerente.
Las reservas hoteleras de los delegados de la Conmebol estaban listas, inclusive algunos alcanzaron a llegar. “Y venían como ocho árbitros”.
Juan Pablo Moreno, jefe de logística deportiva, reveló que para ir a Chapecó había dos opciones que tenían que definir: llevar un grupo amplio, que estaría dividido por la escasez de sitios de alojamiento en esa ciudad. O ir con un plantel preciso y hospedarse en el Centro de Alto de Rendimiento del club Atlético Paranaense. La comitiva partía hoy y regresaba directo a Bogotá en la madrugada del 8 de diciembre para emprender el desplazamiento a Japón. Esta fue parte de la historia de un partido que no fue.
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