La Selección de Eslovenia se clasificó sólo a dos de los últimos cinco mundiales, quedando eliminada siempre en la primera ronda. El equipo nacional no cuenta con grandes estrellas, pero, sin embargo, este pequeño país de los Balcanes se convirtió en el inesperado protagonista que tuvo la Champions League durante la última semana, gracias a dos nombres: Josip Illicic y Jan Oblak.
El primer hombre es el más desconocido en el fútbol internacional, a pesar de ser el capitán del seleccionado del país. Fue la gran figura en el juego contra el Valencia, en Mestalla, convirtiéndose en el primer jugador en marcar cuatro goles fuera de casa en un partido de eliminación directa.
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Este delantero, de 32 años, vivió en el verano europeo de 2018 una verdadera pesadilla: tras una revisión rutinaria en odontología, contrajo una infección bacteriana de los ganglios linfáticos del cuello, poniéndose en riesgo su vida.
“Fue difícil. Pensaba que no lo superaría. Cada día era peor. Ya me conformaba sólo con poder hacer vida normal, aunque no volviera a jugar al fútbol. Tenía miedo de dormirme por si no despertaba. Por suerte, salí adelante, pero tuve que empezar de cero. Tuve que aprender a andar, a correr, todo como si fuera un niño”, describió el propio protagonista.
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El caso de Oblak ya es más popular, debido a que viene sobresaliendo hace varios años en el equipo de Diego Simeone. Sin embargo, frente al Liverpool, se transformó en el rey de Anfield, igualando su propio récord de paradas: fueron nueve como ante el Bayern Munich en mayo de 2016, también por Champions, cuando apenas tenía 23 años; y nueve contra el Celta de Vigo, en octubre de 2017, por LaLiga.
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