El Sevilla siempre ha presumido de una gran efectividad en el mercado de fichajes, pero no todas las operaciones fueron perfectas en Nervión. Antes de llegar al estrellato, el sistema de fichajes del club y de Monchi sufrieron golpes y más golpes, así como el intento de fichaje de Robin Van Persie. Durante los primeros años de plenitud sevillistas, el máximo artillero holandés y los sevillistas estuvieron cerca de juntar sus caminos, quizá esto hubiera cambiado varios sucesos en el fútbol, pero por suerte o por desgracia, el Arsenal dio un golpe sobre la mesa y terminó con el sueño rojiblanco.
Corría el verano de 2004, y ya se escuchaba el nombre de un por aquel entonces joven extremo holandés, Robin Van Persie. Un Van Persie que en ese momento militaba en el Feyenoord, y que más tarde se convirtió en una leyenda del fútbol mundial pero al que no le vino nada mal el interés sevillista para hacerse un hueco en el mercado cuando apenas contaba con un nombre consolidado entre los mejores.
En el verano de 2004, el Sevilla buscaba un extremo izquierdo y la opción con más fuerza era la de un joven y prometedor ‘niño’ formado en las orillas del Río Mosa, Rotterdam. Además se trataba de un joven que acababa de ganar la Uefa Europa League en el equipo de moda del fútbol europeo, el Feyenoord. El gran opositor a ocupar la banda de Nervión no era otro que Robin Van Persie.
Como de costumbre, Monchi trataba de buscar jóvenes talentos y pulir la plantilla sevillista hasta el último detalle, los andaluces empezaban a confeccionar un proyecto ganador y buscaban una estrella para liderar dicho proyecto. Tras varias semanas de negociaciones, el Sevilla parecía haber cerrado uno de sus fichajes estrellas que supuestamente iba a acompañar a jugadores como Baptista, Darío Silva o Sergio Ramos para empezar a formar así un equipo para la historia. Van Persie era el encargado de cerrar este listado de talentos, pero un cambio a últimas instancias de las negociaciones, hizo dar un giro de cara al proyecto de Juan de Ramos y Monchi. El Arsenal se entrometió en la bonita relación entre sevillistas y holandeses.
En su búsqueda de talentos para el ambicioso proyecto que posteriormente cambiaría la historia de los sevillistas, Monchi decidió viajar a Rotterdam, (ciudad natal de Van Persie). En dicho viaje, Monchi cerró un fichaje que rondaba los 2 millones de euros y que con su impecable juventud prometía ser otro de los tantos descubrimientos del de San Fernando, pero aún quedaba lo más importante, la firma.
Una semana más tarde de su viaje hacia el norte, Monchi contacta con el Holandés y se cita con el jugador en un hotel de la ciudad holandesa, pero la realidad es que Van Persie jamás llegó a firmar ese contrato. En el momento que Robin debía estar firmando con el Sevilla, recibió una oferta del Arsenal infinitamente mayor, el club inglés se interpuso en las negociaciones, por lo que acabó cambiando la firma con el Sevilla por un avión a Londres y un sueldo millonario. Por mucho furor que esto nos genere, Robin se acabó marchando al club günner que por aquel entonces era otro de los equipos de moda del panorama mundial; Arsene Wenger había hecho de Londres una ciudad arrolladora, siempre y cuando las labores futbolísticas pasarán por las botas de los günners. Van Persie no se molestó ni en avisar a Monchi, quien hacía escasas horas acababa de aterrizar en Holanda para firmar una meritoria operación, así lo explicaba el de San Fernando en una entrevista concedida 10 años más tarde del fichaje fallido. "Viajé hasta Rotterdam ya para firmarle, quedo con él en un hotel, y me llama que está de camino… pero nunca llegó. En ese trayecto se había cruzado el Arsenal."
Por aquel entonces, el Arsenal era actual campeón de Inglaterra y uno de los mejores clubes de Europa. El club londinense contaba con jugadores de la talla de Thierry Henry en sus esquemas. Tras una difícil adaptación, la joya holandesa terminaría triunfando en el Arsenal y curiosamente coincidió con el jugador que debía haber sustituido en Nervión, José Antonio Reyes, con quien mostró una conexión que aún se recuerda en el Emirates Stadium. Cosas del fútbol, fichas por un club en el que milita el jugador a quien deberías haber sustituido en otro de tus perseguidores.
Tras un extenso e intenso paso por el Arsenal, el de Rotterdam fue traspasado al Manchester United, convirtiéndose así en el holandés más caro de la historia por aquel entonces, la operación se cerró en los 30 millones de euros. Nada comparado con las cifras de hoy en día. Puestos a batir récords, Van Persie también se convirtió en el segundo holandés en ganar una Premier League con la elástica del Manchester United. Si bien durante su paso por el Arsenal tuvo una estrecha relación con José Antonio Reyes, en Old Trafford lo hizo junto a otro jugador que ha tenido relación con el Sevilla recientemente, este es Javier Chicharito, con quien Robin formó dupla de ataque y se convirtió en el primer mexicano de la historia en ganar un título en territorio británico.
Van Persie, el abanderado del gol
El último récord que Van Persie logró batir sobre los terrenos de juego fue el de máximo goleador de la selección Holandesa a nivel histórico, superando a jugadores como Wesley Sneijder, Johan Cruyff o Patrick Kluivert. Con sus 50 goles, Robin es sin lugar a dudas el atacante más determinante de la historia de Holanda. Pero este récord vino ligado a otro el cual se produjo en el mundial de 2014, tras tumbar a la anfitriona Brasil, Holanda se convirtió en la primera selección de la historia en ganar a la canarinha en más de dos ocasiones, algo que no había sido logrado nunca antes por ningún combinado internacional, el triunfo ante la escuadra brasileña contó con gol de Van Persie en los primeros minutos y coronándose este como mejor jugador del partido y jugador revelación del torneo del campeonato bajo los ojos de la FIFA.
De haber terminado recalando en Nervión, el de Róterdam podría haber coincidido con Sergio Ramos o el actual capitán hispalense, Jesús Navas, por aquel entonces ambos militaban en un Sevilla que vivió sus tiempos de mayor dulzura. Tanto el camero como el palaciego salieron de la cantera sevillista para después consagrarse como dos piezas claves en el carril del combinado nacional español. Un combinado que en su duelo final del Mundial de 2010, sufrió las acometidas del que pudo haber sido sevillista, Van Persie. No obstante fueron los españoles quienes salieron con la victoria de Johannesburgo, por lo que podríamos considerar que el ‘karma’ tuvo algo que ver en un resultado manchado por influencia rojiblanca en el cuadro ibérico y semi-rojiblanca en el cuadro neerlandés.
¿Tuvo ‘suerte’ el Sevilla en perder a Van Persie?
Todo en este mundo tiene sus consecuencias y todo repercute en el futuro. La hipotética llegada de Van Persie a Sevilla podría haber fructificado en gran manera o haberse estancado y ni el Club hubiera llegado hasta la cima durante el inicio de la década ni tampoco el delantero se habría ganado un nombre de semejante estandarte a nivel mundial. Una ruptura que obligó al Sevilla a volver al mercado para seguir buscando matéria prima para su zona de ataque. Esto llevó a Monchi a esperar un año para volver a salir en busca de su estrella para el proyecto. Las miradas sevillistas se volvían a poner sobre ‘Trafalgar Square’ en esta ocasión no lo hacían sobre el Arsenal sino que lo hacían sobre el eterno rival el Tottenham de Martin Jol. Un equipo hundido en la miseria y sin alma de ganador. Dentro del caos del conjunto ‘whithe’ se encontraba Frédéric Kanouté quien pasó por el fútbol inglés sin pena ni gloria.
El Sevilla buscaba delantero tras tropezar y perder la gran oportunidad de Van Persie por el sorprendente precio de dos millones de euros. Mientras tanto Kanouté buscaba un lugar donde volver a brillar, donde reciclarse. Así fue como el que es a día de hoy tercer máximo goleador en la historia hispalense aterrizó en el que se recuerda por muchos y se olvida por pocos como; “el mejor Sevilla de todos los tiempos”. Todo sea dicho, pocos eran los fieles que confiaban en la recién incorporación del delantero de Mali aquel verano.
La de la estrella sevillista a principios de década de los 2000 es una historia cuyo inicio se produjo en la más fría calle de Rotterdam y que se trasladó a Londres siendo esta la ciudad que vio pasar al sevillismo de la ira a la alegría y con un final que no podía estar ubicado en otro lugar que en los mismo Países Bajos, más concretamente en Eindhoven, donde el Sevilla obtuvo su primera Europa League gracias a un gol de Kanoute entre otros tantos.
Van Persie se sigue recordando y se recordará a lo largo de la eternidad como uno de esos jugadores capaces de cambiar partidos pero siempre nos quedaremos con la intriga y el 'run run' de lo que pudo haber sido y no fue.
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