Durante los tres últimos meses Joao Félix ha vivido los sinsabores del fútbol en forma de una lesión de tobillo que le dejó K.O. durante seis partidos. La joven estrella lusa también ha estado en el foco, en este caso en el plano positivo, por los premios que le han señalado como la gran irrupción del año, el Globe Soccer que recibió a finales de 2019, y como el mejor joven menor de 21 años, el prestigioso -por la nómina de ganadores- Golden Boy. Dos trofeos que se corresponden con su brutal llegada a la élite en el Benfica y con el ingente talento que tiene, nadie puede dudarlo, con el esférico en los pies.
Pero cuando tu número 7 del Atlético está tasado en 127 millones de euros ese indudable talento debe convertirse en un torrente de asistencias y goles. Esos que, ya con el escudo rojiblanco sobre el pecho, han llegado con cuentagotas mientras vivía la lógica adaptación al primerísimo nivel de LaLiga y la Champions. Pasada la instrucción toca que el portugués se eche a las espaldas el equipo de Simeone ahora que juega donde le gusta, de segundo punta, y cerca del lugar donde los cracks deben marcar diferencias, el área rival.
Es ahí donde debe ser decisivo como mostró durante la pretemporada hasta asombrar incluso a los que habían apostado tan fuerte por él. Hoy arranca el año futbolístico recibiendo en casa al Levante para cortar una racha que está penalizando al Atlético. Y es que más allá del tanto firmado desde el punto de penalti en el decisivo duelo ante el Lokomotiv el joven astro no marca de jugada desde el pasado 1 de octubre. Fue en Moscú otra vez contra el conjunto ruso pero los más de tres meses transcurridos son una larga travesía para un futbolista que si algo demostró en su salto a la élite fue que se le caían los goles del bolsillo.
Cuatro meses en casa...
La sequía en el escenario de hoy, el Metropolitano, se alarga a un tercio de año sin contar la citada pena máxima. Entonces, con el Eibar como rival, aprovechó un gran regalo de Diego Costa para dedicar a su nueva afición la que era la primera diana oficial del elegido para reemplazar a Griezmann tanto en el corazón de esa hinchada como a la hora de hacer diabluras y marcar las diferencias.
Al galo, por seguir con la comparativa, le costó varios meses romper en la estrella que alumbró al cholismo durante un lustro. Al luso, eso sí más joven que Antoine cuando llegó al Atlético, le está costando también hacerse con el timón de un equipo que debe liderar por una sencilla razón: es el mejor futbolista de la plantilla. Veremos si ante el Levante, con su afición de testigo, empieza a tomar ese vuelo que en pretemporada parecía que no tendría fin.
De momento, en el regreso a LaLiga, volverá a compartir ataque con Álvaro Morata en busca de ese entendimiento que ha faltado en algunos partidos por el excesivo individualismo en algunos lances del ex del Benfica.Tras ellos, el trivote con Héctor Herrera, cada vez más asentado en el equipo, en el lugar de un Koke que ayer volvió a ejercitarse con el grupo tras su lesión muscular. De escudero del mexicano, los intocables Thomas y Saúl. Completando la sála de máquinas estará un Correa que, por su juego entrelíneas, puede convertirse en el socio perfecto para que Joao acabe de explotar en el que debe ser su año. El Félix año nuevo.
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